(Lifesite / Edición www.soloparatiradio.com).- El 23 de noviembre pasado, Jessica Council de 30 años, fue informada que tenía cáncer, para entonces, también supo con certeza que estaba embarazada. Su médico tradujo mal los resultados del laboratorio y Jessica comenzó a tener problemas para respirar; los médicos lograron insertar un tubo en su garganta y un ventilador y así comenzó un viaje que pondría a prueba la fe y convicciones ‘pro-vida’ de Jessica y Clint, su esposo.
La pareja de Carolina del Sur, tenían un hijo y trabajaban en una misión cristiana como mentores de jóvenes. La vida era buena: jóvenes, enamorados, sanos, disfrutaban la vida. Clint señaló que su esposa siempre tuvo un meticuloso cuidado de sí misma. “Ella trató de honrar a Dios con su cuerpo pues hacía ejercicio con regularidad, por esta razón la reacción de su esposa ante la noticia del cáncer en la garganta fue “una mezcla de miedo y sorpresa “,sin embargo no se sometió a ningún tratamiento de radio-terapia que perjudicaría, casi con toda seguridad, a su hijo por nacer o quizá lo mataría. Tampoco nunca vaciló en negarse a realizarse un aborto ante el ofrecimiento del ginecólogo, encargado del caso, “eso nunca fue una opción, esto es blanco o es negro“, comentó a su esposo.
La cuestión del tratamiento surgió de nuevo cuando el bebé llegó el tercer trimestre. En ese momento, la decisión fue mucho más difícil ante los médicos que decían que los riesgos del tratamiento eran mínimos porque el bebé estaba casi completamente desarrollado. Sin embargo, Jessica siguió negándose a los tratamientos por el bien de su hijo ‘no nacido’. Aunque la pareja encontró cierto éxito con métodos alternativos, naturales, orgánicos y suplementos para frenar el crecimiento del cáncer, incluyendo una estricta dieta sin tratamientos más agresivos, fue cuestión de tiempo antes de que el cáncer les ganara. En la noche del 5 de febrero pasado, Jessica se fue a dormir con dolor de cabeza y náuseas, “ya no despertó“, dijo Clint.
Al día siguiente, el hospital le declaró “muerte cerebral” y los médicos dieron el visto bueno para realizar la cesárea y que naciera el pequeño “Jessi“, pesando sólo 1 libra 3 oz, con sólo 23 semanas y media de gestación.”Sólo puedo dar testimonio de la gracia de Dios ya que Jessica murió justo cuando la vida del bebé era viable fuera del útero“, dijo Clint.
Clint describió ante el sitio cristiano ‘Lifesite” toda la experiencia como “emocionalmente brutal“, y admite que a pesar de su fe cristiana y firmes convicciones ‘pro-vida’, la decisión que él y su esposa tomaron fue lo más doloroso en su vida. “Sí, tuve una lucha porque la Biblia me mandó a amar más a mi prójimo que a mí mismo y ella fue esa única persona. A veces es más fácil ser generoso con uno mismo, en cuanto a lo que nos pasa“, señaló, “pero cuando se llega a perder la persona que más amas, más que cualquier otra cosa, es muy difícil.”
También fue muy difícil para su hijo de dos años y medio años de edad. Tras la muerte de Jessica, el chico sufrió un período de aguda “ansiedad por separación“, aunque su padre dice que ha comenzado a ajustarse. Respecto de sí mismo, a dos meses después de la muerte de su esposa, Clint dijo que está funcionando en ‘piloto automático’; se mantiene ocupado con el trabajo y cuidado a sus dos hijos. “Siendo honesto, durante el primer mes, no podía leer mi Biblia, no podía orar, ni sentía nada, sabía que Dios me amaba pero el gozo espiritual en El había desaparecido por completo, estaba funcionando únicamente en lo que yo sabía que era verdad y aceptando todas estas cosas, solo mentalmente”.
Recientemente sin embargo, comentó que ha ido más allá de esa primera etapa y ha comenzado a orar de nuevo, incluso por otras personasy cree que probablemente llegará un momento en que tendrá que dejar todo, y llorar bien la pérdida de su esposa.
“Dios debe ser alabado, amigos. No quepa duda de Dios y no te enfades con él por mí.Tengo el privilegio de haber tenido una esposa que estaba tan llena del amor del Padre… ¡Alégrense conmigo, hermanos y hermanas! Dios ha bendecido a Jessica al llevarla a un lugar de perfecta paz y sin dolor. Tengo que estar agradecido por el tiempo que tuve con ella en lugar de ser ingrato por todas las cosas que nunca hicimos juntos” finalizó.
NOTA IMPORTANTE
Dios es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de Su Nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu Vara y Tu Cayado me infundirán aliento. Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.(Salmos 23:1-6)