(Boston / Reuters / Edición www.soloparatiradio.com).- Una estadounidense que se sometió a un trasplante total de cara en mayo tras quedar mutilada por el ataque de un chimpancé en 2009 enseñó su nuevo rostro en una foto publicada el jueves. Charla Nash, de 57 años, que fue fotografiada en su cama de hospital en Boston, apareció completamente diferente con una nueva piel, nariz y labios.
“Ahora seré capaz de hacer cosas que daba por seguras en el pasado”, dijo Nash en un comunicado. “Podré oler. Podré comer con normalidad. Ya no estaré desfigurada. Y tendré labios y podré volver a hablar con claridad. Seré capaz de besar y abrazar a mis seres queridos”, añadió.
Nash resultó herida cuando su mascota, un chimpancé de 91 kilos, se volvió violentamente loco hace dos años. Perdió sus manos, labios, nariz y ojos, dejándola ciega y desfigurada tras el ataque. El animal fue abatido al final por la policía.
Tras someterse a una agotadora operación quirúrgica de 20 horas para un trasplante total de cara en el hospital en mayo, Nash en la foto tiene ahora una tez clara, casi sonrojada. Antes de la operación, Nash era a menudo fotografiada llevando un velo para ocultar su desfiguración.
El trasplante completo de rostro fue la tercera cirugía de este tipo llevada a cabo en Estados Unidos, todos en el mismo hospital. Una donante anónima proporcionó la cara, las manos y otros tejidos que hicieron posible la cirugía. El trasplante de manos se consideró un éxito inicialmente, pero tras surgir complicaciones por una neumonía las extremidades tuvieron que ser retiradas.
Otro trasplante de manos se podría intentar si aparece un donante compatible, han dicho los médicos.
El rostro de Nash fue reconstruido por un equipo médico de más de 30 personas entre cirujanos, enfermeras, anestesistas y residentes en un difícil desafío quirúrgico que se hizo más complejo por el doble trasplante de manos.
NOTA IMPORTANTE
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…tiempo de hacer daño, y tiempo de curar…” (Eclesiastes 3:1-3b)