Según especialistas, esto depende bastante del tipo de trabajo que uno hace y si es que la música tiene o no letra.
Gritos, voces estridentes, carcajadas, teléfonos y estornudos. Estos son algunos de los ruidos que a muchos les impiden concentrarse mientras trabajan o realizan una tarea específica.
Escuchar música con los audífonos puestos parece la mejor solución para evitar tantos elementos de distracción. ¿Pero ayuda realmente a trabajar mejor? ¿Y qué tipo de música se debería escuchar?
-Conflicto-
“La mayoría de la gente, al menos en condiciones de laboratorio, realiza mejor sus tareas en silencio“, le explica a BBC Mundo Nick Perham, psicólogo de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) que se especializa en el efecto que tiene el sonido en nuestra habilidad cognitiva. Pero la clave -aclara- está en la interacción entre la tarea a realizar y la naturaleza del sonido.
Si lo que se tiene que hacer “requiere comprender un texto o procesar información semántica, varios estudios muestran que si el sonido de fondo tiene fragmentos que se pueden entender, esto es peor que si se escucha música sin palabras“, indica la especialista.
Allí -agrega- “se produce un conflicto entre la información semántica que estamos tratando de entender y la información semántica del sonido que estamos tratando de ignorar“.
Es decir, en esos casos, escuchar música puede ayudar a la concentración, pero siempre y cuando no tenga letra o sea en un idioma que no se comprenda.
“Escuchar música instrumental resulta tan bueno como trabajar en silencio“, dice Perham.
-Sonido blanco-
Daniel Levitin, autor del libro “Este es tu cerebro bajo los efectos de la música“, coincide con Perham. Cuanto más cautivadora es la música, peor es para la concentración, y si tiene letra -dice Levitin- es terrible para las tareas verbales.
Sin embargo el ruido de fondo no tiene necesariamente siempre un efecto negativo. Si son más de tres voces, los sonidos “se tapan unos a otros y se tornan acústicamente menos variables“.
“Es una suerte de sonido blanco, un murmullo y, en ese caso, nos distrae menos“, señala Pelham
-Tareas mecánicas-
En cambio, si el trabajo a realizar es más mecánico, como puede ser el caso de un obrero que efectúa una misma tarea durante horas, escuchar música puede traer beneficios.
“Estudios que se han hecho en fábricas hace varios años notaron que la música puede mejorar el estado de ánimo y los operarios acaban haciendo mejor su trabajo“, dice Perham.
Esto se aplica a tareas que son más físicas y no requieren gran habilidad mental.
Curiosamente, también funciona en el caso de ciertas operaciones quirúrgicas, dicen estudios recientes. Pero no en todo el proceso, señala Levitin, quien da como ejemplo el trabajo de un cirujano que hace una operación cerebral.
“En ese caso, la situación es similar a la de un camionero de larga distancia. Si todo va bien, la tarea en sí (perforar el cráneo) es, de alguna manera, aburrida y repetitiva, con lo cual necesitas algo que te mantenga psicológicamente estimulado“, dice el experto.
Claro que la música debería desaparecer una vez que empieza a trabajar directamente sobre el cerebro.
Otro factor a tener en cuenta es la personalidad de cada uno. “Hay diferencias individuales, por supuesto, y diferencias entre introvertidos y extrovertidos“, explica la fuente consultada.
“Los extrovertidos se sienten más cómodos en ambientes ruidosos y los introvertidos todo lo contrario“.
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