Se permite usar una nueva técnica de fertilización in vitro que une material genético de tres personas para la formación de un nuevo ser. Este articulo explica en qué consiste y el debate ético que se plantea.
(Protestante Digital / Edición SoloParaTiRadio).-El Parlamento Británico aprobó este semana, por 382 votos a favor y 128 en contra, la reforma legal que permite concebir bebés empleando el material genético de tres personas diferentes.
Así, Reino Unido es el primer país en el mundo que permite utilizar esta técnica de ingeniería genética, la cual ha levantado un debate ético con diferentes posiciones. Los detractores de la práctica -entre ellos la Iglesia de Inglaterra – dicen que se abre la vía a crear “bebés a la carta”. Pero los partidarios lo defienden como un modo de evitar a muchas familias el tener niños con malformaciones.
Los ministros que hablaron durante el debate a favor de la reforma la defendieron como “una luz al final del túnel para las familias”. La técnica ha sido desarrollada en un laboratorio de Newcastle. Los primeros niños concebidos con ella nacerían el próximo otoño.
Explicado a grandes rasgos, se trataría de extraer el núcleo del óvulo de la madre e implantarlo en el óvulo de una donante sana, cuyo núcleo se habría extraído previamente. Una vez que gracias a la donante se ha creado ese óvulo modificado y sano, sería fertilizado con el esperma del padre e implantado en el útero de la madre. El “bebé de tres padres” tendría en realidad solo un 0,1% del ADN de la donante, pero se habrían eliminado las enfermedades genéticas hasta ahora inevitables.
¿Cuántos Embriones Fallidos Dejará Por El Camino?
El biólogo español Antonio Cruz analiza los dilemas éticos de este último avance en técnicas de reproducción asistida.
¿Cuáles crees que son los principales dilemas éticos que se presentan en este caso?
Me parece que los mismos dilemas que se plantean a propósito de la fecundación in vitro. Es decir, la destrucción de embriones sobrantes. La técnica de tomar el óvulo de la posible madre biológica, extraerle el núcleo con la información genética, implantarlo en el citoplasma enucleado de la mujer donante del otro óvulo y, por último, fecundar este último con esperma del marido para introducirlo después en el útero de la primera madre, ¿cuántos embriones fallidos dejará por el camino?
Hace casi veinte años, a propósito de la clonación de la famosa oveja Dolly que tuvo tres madres y ningún padre, se necesitaron 277 embriones para lograr un solo éxito. Seguramente las técnicas habrán mejorado durante todo este tiempo pero, a pesar de ello, ¿cuántos embriones humanos habrá que destruir ahora para conseguir un bebé sano? De este asunto no suelen hablar las clínicas interesadas. ¿No lo saben o no quieren decirlo?
Si creemos que todo embrión humano es un proyecto de persona que merece respeto, porque es imagen de Dios, aquí tenemos un problema ético.
¿Supone esta técnica realmente la creación de “bebés a la carta”?
No se trata de clonación reproductiva humana, ni de “bebés a la carta”, lo único que se pretende es sustituir todas las mitocondrias defectuosas de la madre biológica, presentes en el citoplasma de sus óvulos, por las sanas (que no provocaran enfermedades neurodegenerativas a los descendientes) de la mujer donante. Las mitocondrias son orgánulos parecidos a pequeños cacahuetes que proporcionan energía a la célula y contienen algo de ADN. Los bebés así obtenidos serían genéticamente hijos de sus padres biológicos y únicamente tendrían entre el 0,1% y el 0,2% de la información genética de la madre donante del citoplasma ovular.
Aunque esta mínima proporción de ADN mitocondrial no los convierte en “bebés a la carta” y lo que se pretende sea concebir hijos que no presenten dicha enfermedad degenerativa, no diseñar bebés genéticamente superiores mediante eugenesia, es comprensible que se pueda pensar que por medio de tales técnicas manipulativas se abre un poco más la puerta a la creación de “bebés a la carta”. En este sentido, hay que tener en cuenta también que cualquier trasplante de órganos (riñón, hígado, corazón, etc.) no transforma al enfermo receptor en un “humano a la carta” o en un clon del donante, a pesar de que dicho órgano posea ADN extraño.
La Iglesia de Inglaterra se ha opuesto (aunque también se han planteado dudas) ¿Cuál piensas que podría ser la posición de los cristianos ante este desafío?
Creo que, si se vencen los posibles problemas técnicos y de rechazo, sería una buena técnica para concebir hijos sanos por parte de las parejas que presentan este problema, si no fuera por lo que comentamos antes. ¿Es éticamente razonable destruir numerosos embriones humanos para obtener uno sano? A pesar de que la propia naturaleza provoca abortos espontáneos de aquellos embriones deficientes, habrá creyentes que crean que sí merece la pena pagar dicho precio y habrá también otros que piensen lo contrario. Cada cual debe ser libre y responsable de sus decisiones delante de Dios. Mi opinión personal es que todo embrión humano, aunque sea enfermo, merece respeto por ser imagen del Creador.