(El Mundo / Edición www.soloparatiradio.com) .- ¿Recuerdas esa historia al pedestal al “dios desconocido” que vio el Apóstol Pablo en su visita a Atenas, y que relata el libro de Hechos?. Un pedestal para un dios en el que no creían y al cual desconocían, pero que honraban a través de un monumento vacío.
Carteles como “Habla con Dios” o “Comunícate directamente con El. Sin intermediarios” o “Contra los fundamentalismos. Tu boca es fundamental“, están situados en los costados de una cabina que ha estado situada en pleno centro de Montevideo, en la capital Uruguaya y que ha llamado la atención de los transeúntes.
La cabina telefónica de color rojo, similar a las que se ubican en Inglaterra y otros países de Europa, fue colocada en el centro de la capital sudamericana por parte de la articulación regional de organizaciones de una sociedad civil, en el contexto de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo para América Latina y el Caribe.
Aún sin conexión eléctrica o a internet, la cabina invita a dejar “mensajes gratis con sólo apretar un botón“, dirigidos a Dios, y la promesa de que estos le llegarán “en menos de 24 horas“.
“¿Tienes una reclamación, una sugerencia, una consulta para hacerle a Dios? Deja tu mensaje gratis, con sólo apretar un botón. Que Dios te oiga. ¡Buena suerte!”, se agrega.
Un contestador automático recibe las llamadas y las graba, para luego poder editar un video con las quejas, peticiones y sugerencias; video que se divulgará a través de internet, indican los organizadores.
CONFERENCIA INTERNACIONAL
La mencionada organización de articulación regional de organizaciones de la Sociedad Civil de América Latina y el Caribe, coordina la participación de la sociedad civil en la I Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe que finalizó este pasado 15 de agosto en Montevideo. El objetivo era involucrar a la ciudadanía, se indica desde la organización del evento.
APUNTE DEL EDITOR
Es interesante ver como cada día más personas, en todas las esferas de la sociedad, despiertan a un deseo creciente por todo lo relacionado con Dios y es el caso de esta noticia que compartimos, que no pretende, al menos eso parece, encaminar correctamente a la gente hacia su Creador, sino en todo caso solo llamar la atención y recoger la necesidad de la gente, quien sabe con que motivaciones reales.
Es por eso que levantamos la bandera de lo que el Verdadero y Conocido Dios, el Rey Creador, nos dice sobre ¨el hablar con El¨
“Siento como si estuviera al teléfono, pero no hubiera nadie al otro lado de la línea.” “Es como si mis oraciones no atravesaran la propia barrera de mi pensamiento.” “¿De qué sirve que ore, puesto que Dios conoce de sobra mis necesidades?” “He probado a orar, y no he obtenido respuesta. No ha funcionado.”
Las anteriores son unas pocas de las variadas quejas que muchos formulan a propósito de la oración. Pero muchos otros hacen comentarios como los que siguen:
“Sé que Dios oye mis oraciones, y confío plenamente en que El responde.” “El Señor jamás me ha abandonado.” “Cuando le he pedido en sinceridad y devoción, el Señor siempre me ha respondido.” “De no ser por la oración (el conversar con Jesús), hoy no estaría vivo.”
Rescatamos el caso de una joven que se sentía sin esperanza ni consuelo, cuando alguien le sugirió que se aferrara al Señor, y pronunciara de corazón la sencilla oración que El enseñó. En menos de 24 horas había dado con la verdad bíblica que encendió en ella una fe viviente que cambió su vida, llenándola de significado, y proporcionándole paz y alegría interiores. Hoy es feliz, y está convencida de la eficacia de la oración sincera y humilde.
Así como hay infinidad de fenómenos y leyes en la naturaleza, que no son posibles de comprender en su modo de acción, pero funcionan, el conversar con Dios también FUNCIONA. Es una realidad, y se pueden apreciar sus efectos.
No concluyas que la oración es ineficaz, sin antes haber seguido las instrucciones contenidas en la Biblia.
Aprender a conversar con Dios y a reconocer Sus Respuestas, es una de las mejores habilidades más importantes de cuantas puedas adquirir. ¡No hay mejor medicina! Si aprendes a orar, nunca caerás en la desesperación, nunca sucumbirás a la angustia, ni a ningún otro pozo sin fondo.
CONOCIENDO A DIOS
Para acudir a Dios, ¿qué es imprescindible que creas? “porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe…” (Hebreos 11:6).
Además de creer que Dios existe, ¿qué has de creer sobre su carácter? “…y que recompensa a los que lo buscan.” (Hebreos 11:6).
Nunca llamarías a un número de teléfono, a menos que esperes encontrar alguien con quien comunicarte. Si crees que Dios existe, y que recompensa a aquellos que lo buscan, estás en disposición de hablar con El y de saber que El te escucha.
¿Cuán deseoso está nuestro Padre celestial de darnos lo que necesitamos? “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11)
PRINCIPIOS SENCILLOS PARA APRENDER
¿A Quién va dirigida la oración?: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre.” (Mateo 6:9)
¿Qué viene primero?¿Nuestras peticiones?¿O nuestro deseo de que se haga su voluntad?: “Venga tu reino. Hágase Tu Voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:9)
¿Como podemos estar seguros de que Dios perdona nuestras deudas?: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12)
¿En nombre de quién oramos?: “…para que todo lo que pidiereis al Padre en Mi Nombre, El os lo dé.” (Juan 14:13)
“El Señor Jesús dice: ‘Pediréis en Mi Nombre; y no os digo que Yo rogaré al Padre por vosotros; porque el Padre mismo os ama.’ ‘Yo os elegí a vosotros… para que todo cuanto pidiereis al Padre en Mi Nombre, El os lo de.’ (Juan 16:26–27; 15:16). Orar en el Nombre del Señor Jesús es más que hacer simplemente mención de su nombre al empezar y al terminar tu momento de oración. Es orar en el espíritu y los sentimientos de El, creyendo en Sus Promesas y confiando en Su Gracia
No hay tiempo o lugar en que sea impropio orar a Dios. No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio de las multitudes y del afán diario de nuestros negocios, podemos ofrecer a Dios nuestras alabanzas, peticiones e implorar la divina dirección. En donde quiera que estemos podemos estar en comunión con El. Debemos tener abierta continuamente la puerta del corazón, y si aún no lo has hecho invitar a Jesús a venir y morar en tu vida como tu Unico y Suficiente Salvador. El quiere escuchar nuevamente tu voz, esa que El escogió para ti cuando te formó en el vientre de tu madre.