(Por Martin Carrasco Para Solo Para Ti Radio.Com).- La ley de muerte digna se aprobó en Argentina el día 9 de Mayo del corriente año. Es una ley que permitirá a pacientes terminales rechazar terapias que los mantengan con vida. También podrán declinar (los pacientes o sus familiares) “medidas de soporte vital” cuando haya pocas perspectivas de mejoría. Dicha ley reconoce el derecho a “aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos con o sin expresión de causa, así como también a revocar posteriormente su manifestación de voluntad“.
Una ley que generó múltiples opiniones, como cada tema difícil que toca directamente a la realidad humana.
Permíteme, sin polemizar, decir lo que considero que Dios quiere comunicarnos con todo esto. Hace poco más de un año se aprobó en Argentina la “ley de matrimonio homosexual con adopción de hijos”. Desde ese momento en adelante estaba marcada en la agenda política una serie de leyes a tratar en lo posterior, incluida esta “ley de muerte digna”, “ley de identidad de género”, “ley de aborto”, etc. Al margen de las opiniones que tú y yo podamos tener, y lejos de pretender juzgar a aquellos que han pasado por situaciones dolorosísimas (como puede ser el ver a un familiar postrado en cama sin ninguna mejoría) es preciso que vos y yo escuchemos la “opinión” del Único que se las sabe todas, que es Dios mismo.
Y es ahí donde deseo llegar con todo esto. Independientemente de donde vengamos, de lo que estemos pasando, o de lo que queremos hacer, es necesario que como continente nos volvamos a Dios.
No se trata de discutir si tal o cual ley es correcta. No se trata de ver que partido político prevalece con sus ideales. No se trata de juzgar a nadie en particular. ¡Se trata de escuchar a Dios! ¡Se trata de no alejarnos más, sino volvernos a El con toda nuestra vida! Cuando, como países y como continente, volvamos nuestro corazón a Dios, empezaremos a escuchar Su Opinión, y podremos vivir bajo Su Bendición.
¿Será que Dios puede sanar a ese familiar o amigo que está en estado vegetativo? ¿Será que Dios puede enseñarnos algo con todo eso tan triste? ¿Será que Dios nos creo con una identidad correcta, y no hay necesidad de cambiarla por lo que sintamos o pensemos? ¿Será que Dios quiere guardar tu corazón y tu cuerpo? ¿Será que Dios, con todo esto, quiere decirnos algo?
No hay juicio, no hay condenación en Dios; amamos a las personas, pero no podemos aprobar lo que Dios no aprobaría. Somos la voz profética de Dios para la sociedad actual. Si Dios dice algo, no podemos ser más buenos que El, y decir lo contrario. Si tu opinión es diferente a la mía, ese no es el problema. Mejor que eso, pongámonos a ver tú y yo que piensa Dios, que opina Dios.
De eso se trata: de volvernos a Dios con todo nuestro corazón, y dejar de vivir a sus espaldas. El quiere lo mejor para nosotros.