A la izquierda de sus pares de Canadá y Estados Unidos, la efusividad del presidente de la Federación Mexicana de Fútbol fue la más notoria. Se levantó de su silla, disparado como un resorte, al conocer el miércoles el voto de los miembros de la FIFA.
Los tres países de Norteamérica acababan de ser designados anfitriones de la Copa del Mundo de 2026, una que marcará un hito transformador en la historia de la competición deportiva con mayor alcance global, con su ampliación a 48 equipos. Será además el único Mundial de la historia organizado en conjunto por tres países. Japón y Corea del Sur habían sido coanfitriones en 2002.
Pero la votación establece otro hecho histórico: México será el primer país en albergar tres mundiales tras hacerlo previamente en 1970 y 1986, memorables torneos en los que brillaron respectivamente los legendarios Pelé y Diego Maradona.
Todo hasta aqui se aprecia bueno, pero el columnista Rafa Ramos de ESPN nos deja ver temas muy importantes, más allá de esta elección. A continuación lo compartimos:
“El Mundial 2026 es de Norteamérica. De manera arrolladora: 134 a 65. La oligarquía ejerce el poder con la falsa túnica de la democracia. Alguna basura habrá en los rincones que Loretta Lynch, si pudiera, si volviera, podría olisquear.
De cara a organizar su tercer mundial, esta vez como chambelán, más que como protagonista, México, reitera que está listo, y claro, desde aquella famosa frase de Rafael del Castillo, cuando Colombia renuncia al Mundial de 1986 y Guillermo Cañedo se ofrece al rescate.
“Con una brocha y un bote de pintura estamos listos para el Mundial“, dijo el infausto doctor en Derecho que hizo el movimiento más chueco, el de los cachirules.
Un Mundial 2026 con muchos desafíos. Con una urgente introspección y con una demandante autocrítica. En ese afán de hermandad incestuosa y casi noviazgo entre Estados Unidos, Canadá y México, la realidad es distinta.
1.- EEUU deberá revisar su política exterior. Especialmente su política migratoria. El Comité Tripartita asegura que habrá un tránsito libre migratoriamente entre las tres naciones. ¿Alguien lo cree?
2.- En estos momentos los acuerdos comerciales entre los tres países mantienen una aparente calma con un trasfondo de tirantez, que difícilmente podrá aplacar las festiva, lúdica e intrascendente fiesta del futbol para la actual administración del protagonista estadounidense.
3.- Mientras Canadá rebosa de un escenario menos conflictivo, aparatoso y polémica, EEUU deberá proceder de manera drásticamente distinta para que la fiesta del futbol no se vea gangrenada por decisiones elitistas, clasistas y segregacionistas.
4.- México tiene un catálogo más amplio de preocupaciones. Si bien dispone de los estadios que cumplen los requerimientos de FIFA, llegará el momento de confrontar las erupciones que inquietan a la nación, especialmente de cara un proceso electoral, en el cual el pueblo entero se debate entre la tibieza, la torpeza o la demencia, que le ofrecen la misérrima alternancia en el poder.
5.- El éxito financiero está garantizado, al menos en Canadá y EEUU, que pretenden colocar los boletos entre los 75 y los 250 dólares en sus estadios más importantes, y queda claro que semejante cotización contrasta con el poder adquisitivo de México.
6.- Por otro lado, viene un proceso de cuatro años de bendiciones futbolísticas para las tres naciones, si son inteligentes sus funcionarios. Todos los países querrán jugar en las posibles sedes mundialistas y los tres, Canadá, EEUU y México serán las novias de todos los bodorrios en esos cuatro años precios a la fiesta de FIFA.
7.- Ciertamente México tendrá una bendición especial: será el primer país en el mundo que juega de local en dos territorios distintos. Los cerca de 40 millones de mexicanos que estarán como migrantes en EEUU, para entonces, garantizan que el Tri jugará en casa.
8.- Hasta el momento, y lo saben Canadá y México, la Inauguración y la Final serán en EEUU, aunque cada nación por separado podrá hacer su propia jornada inaugural.
9.- El discurso facilista, demagogo e hipócrita de la hermandad de las tres naciones, se ve contradicho, evidentemente, insisto, por los conflictos de orden político, migratorio, financiero que se viven actualmente, pero claramente desde el aspecto humano la fastuosa y más importante fiesta deportiva del mundo deberá ser un éxito.
10.- Y falta la gran respuesta, porque no hay una decisión final: ¿será con 48 equipos el Mundial de 2026? Ya no importará la calidad de la competencia, ni el nivel de competitividad, porque se parte de un principio fariseo: mientras más feligreses, más limosnas en los cepos.
11.- ¿Es la gran oportunidad de EEUU y México de acceder a un protagonismo futbolístico en un Mundial? Deberán empezar a trabajar como no lo han hecho, con inteligencia. Que Sunil Gulati, tras ese poder en las penumbras, no vuelva a cometer la torpeza de buscar a Klinsmann, y que México… bueno, que la federación mexicana deje de ser tan de Azcárraga Jean.
Y si hoy el Tri tiene 30 patrocinadores al sumar los de EEUU y México, se imaginan la fiebre financiera que llegará después de este Mundial.
Entre los organismos no gubernamentales y de ayuda internacional, México es aún, y seguirá siendo después del 2026, parte del Tercer Mundo, pero es el primero en organizar un tercer mundial. La incongruencia.
Panem et circenses. Pan y circo. Y si escasea el pan, que abunde el circo“.