Por Eduardo Escobar**
1. No me va a fallar. Los pastores también son pecadores salvados por gracia, por lo tanto te van a fallar. No hablamos de falsos maestros, sino, de pastores genuinos que aman a Dios y anhelan servir a la Iglesia. Tu pastor no es Jesús, tarde o temprano te fallará y con la gracia de Dios lo reconocerá, te pedirá perdón y te modelará cómo un pecador se arrepiente de su pecado y confía en Cristo para salvación. Tu pastor también necesita un Salvador, no olvides aquello. (Romanos 7:24-25).
2. No se cansa. Un pastor trabaja 12 horas en promedio, de 6 a 7 días a la semana, por la mayor parte del año. Atiende a las ovejas lastimadas, pero, también a las problemáticas, a las que lo hieren, las que muerden y a las que se meten en peligros. Lucha en contra de lobos, leones y osos que quieren destruir a las ovejas que se les han encargado. Busca a las ovejas perdidas en valles oscuros, lugares peligrosos, caminos desiertos. Entrena a otros pastores porque el trabajo es abundante. Y, además de esto, es padre, esposo, hijo, amigo, chofer, fontanero, electricista y mecánico. Tu pastor no es todopoderoso, se cansa físicamente, se frustra emocionalmente y se seca espiritualmente. Tu pastor necesita descansar, no olvides aquello. (Éxodo 20:11).
3. No tiene problemas personales. El matrimonio de tu pastor atraviesa, como todas las parejas en Cristo, momentos difíciles: egoísmo que necesita morir, mentiras que requieren de la verdad, tentaciones a las que le urgen confesión, oración y un amigo, entre otras. Los hijos del pastor también llevan consigo el pecado original: tienen sus luchas con el pecado y necesitan de un Salvador lleno de gracia y verdad. La cartera del pastor se vacía. Su economía también se ver afectada por los ídolos de su corazón. Tu pastor no tiene una vida sin problemas. Tu pastor necesita consejos, oración y amigos, no olvides aquello. (1 Timoteo 5:18).
4. No tiene preocupaciones. Aunque no lo creas, tu pastor pierde el sueño. La intranquilidad invade su corazón por que su fe tampoco es perfecta. Le preocupa su esposa que necesita más tiempo, sus hijos que lidian con tentaciones, la familia de sus líderes, los matrimonios en la iglesia, las influencias sobre los jóvenes, su economía y demás. Tu pastor sufre, tiene incertidumbre y no siempre tiene una fe reluciente. Tu pastor necesita palabras de animo, consuelo y aliento, no olvides aquello. (2 Corintios 1:3-11).
5. No me necesita. ¿En qué puedo ayudar yo a alguien que sabe más Biblia? En mucho. El ministerio puede ser muy solitario, puedes servir a tu pastor con tu amistad, compañía, chistes, comida y opiniones. Tu pastor te necesita no importa si eres un líder o un recién convertido, no olvides aquello (Romanos 1:12).
6. Él tiene una relación perfecta con Dios. Aunque es cierto que debe tener una buena relación con Dios antes que con cualquier otra persona, eso no significa que no luche consigo mismo para apartar tiempo, estudiar la Biblia, orar y reflexionar. Tu pastor no tiene una relación perfecta con Dios. Tu pastor necesita tiempo y de tu oración para pasar cada día tiempo en intimidad con su Señor (Gálatas 2:14).
7. Él está siempre feliz. Ni si quiera Dios está siempre feliz. La Biblia habla bastante de la ira de Dios, menciona a Jesús llorando, afligido hasta la muerte e inclusive de la tristeza que causa el pecado al Espíritu Santo. Tu pastor también tiene toda la gama de sentimientos con la que Dios nos creó. Sus sentimientos también están aún sujetos al pecado. Y hay ocaciones en las que “estar siempre feliz” sería deshonrar a Dios mientras lo contrario sería hacerlo. Tu pastor no está siempre feliz. Tu pastor necesita ser amado en la tristeza, enojo, depresión o cansancio (2 Corintios 11:27).
8. Él es un esposo y padre perfecto. Sólo Jesús es perfecto. Gracias a eso tu pastor y su familia no tienen que serlo para ser salvos. Su matrimonio y paternidad son reflejo de la verdad: pecadores salvados por gracia en el proceso de santificación. Exactamente como tú. Tu pastor no es perfecto. No coloques la carga de ser Dios sobre los hombros de un pecador (Mateo 7:11) .
9. Él puede solucionarlo. Dios ha dotado a sus siervos de muchas habilidades y dones espirituales pero tu pastor no es todopoderoso. No sabe toda la Biblia de memoria. No conoce la explicación de cada versículo oscuro. No tiene una respuesta para cada crisis existencial. No sabe todo de filosofía, historia, psicología, sociología, arte o política. Siempre habrán cosas que están más allá de sus límites. Tu pastor no lo puede todo. Pero sí puede orar por ti, estar contigo y seguir capacitándose para servirte mejor (Efesios 4:11).
10. Él es el responsable de ____________. Evangelizar, discipular, servir, entrenar, aconsejar, dirigir, cantar, limpiar, visitar, orar, mentorear son cosas que todos, de acuerdo a nuestra vocación y dones, estamos llamados a hacer juntos. Tu pastor no es el cuerpo de Cristo, lo somos todos. Tu pastor no es el único responsable de cumplir la voluntad de Dios en la tierra, tu también eres parte y puedes comenzar por llamar a tu pastor en este momento, orar con él y por él, invitarlo a cenar a tu casa y simplemente preguntarle cómo está (1 Corintios 12:12-31).
**Eduardo Escobar, Pecador salvado por gracia, esposo de de Stephanie Gordillo, director editorial en Esclavos de Cristo. Plantador de Casa de Restauración y miembro de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México. Amante del café y los buenos libros puedes seguirlo en EduardoEscobar.me.