Acostada en una habitación fría, dentro de la casa de su familia, la joven estaba aislada por voluntad propia. “No podía encontrar motivación para levantarme o conversar con mi familia, que yo debería amar”.
(The College Fix / Edición SoloParaTiRadio).- “Has oído hablar historias sobre Jesús que se aparece a las personas de Oriente Medio, puedo decir que estas historias son verdaderas. Yo soy prueba viva “. Esta declaración es de la estudiante Nikki Tayebian, que tuvo una visión de Cristo cuando estaba a punto de quitarse su propia vida.
Criada en las tradiciones musulmanas, Nikki dejó a Irán para estudiar en la Universidad de California en Riverside, Estados Unidos. El año pasado, volvió a pasar unas vacaciones en su ciudad natal, Teherán, cuando fue sofocada por el peor sentimiento experimentado.
Acostada en una habitación fría, dentro de la casa de su familia, la joven estaba aislada por voluntad propia. “No podía encontrar motivación para levantarme o conversar con mi familia, que yo debería amar”, contó en el sitio consultado.
“Me acuerdo de decir: “No puedo aguantar más esto”. En mi cabeza, no podía sobrevivir ni un momento más de mi dolor emocional. El suicidio fue para mí la única solución “, recuerda Nikki.
Sin embargo, cuando la joven cerró los ojos, ella tuvo una visión. “Mis párpados se abrieron y me pregunté si veía algo real. Yo cerré los ojos de vuelta y una sonrisa lentamente se extendió por mi cara. Ante mí, en mi oscuridad, Jesús estaba parado. Oí decir las palabras: “¡Sígueme!”.
La joven relata que vio a Jesús con cabellos castaño oscuro, hasta los hombros y vestido con un manto azul. “Él me dijo: “Yo soy La Verdad”. Su mirada era fuerte y firme. Me acuerdo de ver un caleidoscopio de color brillando detrás de él. Él me habló muchas palabras en una sola imagen y un solo mensaje: “¡Sígueme!”, Cuenta.
En ese instante, Nikki quedó paralizada y sorprendida con la visión que tuvo, y fue invadida por una paz inexplicable. A continuación, ella resolvió coger el celular y buscar “Jesús” en Google. “Yo sabía en mi espíritu que era Él. Empecé a confiar”, dijo ella.
Ella creció siendo enseñada que el cristianismo era una religión falsa y que Dios no tenía un hijo. Pero ella fue fuertemente tocada por la visión que tuvo y volvió a California decidida a entender más sobre Jesús. Tiempos después, ella se enamoró de un muchacho que la llevó a la iglesia y le presentó más verdades sobre la Biblia.
“El comienzo de mi viaje fue difícil, fue como sacar un band-aid (curita o cinta adhesiva que se pone sobre las heridas) realmente muy rápido y luego sentarse en una sauna caliente, mientras la herida ardía”, confiesa la joven. “Con una necesidad desesperada por Jesús, empecé a rendirme día tras día, semana tras semana”.
El pasado mes de febrero, Nikki fue bautizada y pasó a ir regularmente a la iglesia los domingos. Sin embargo, su conversión al cristianismo no fue bien vista por su familia. “Pero descubrí que ningún hombre en la Tierra puede hacerme renunciar a mi fe”, subraya ella inmediatamente.
“Ahora ando con gracia y confianza, no estoy más luchando contra ansiedad o pensamientos suicidas”, ella celebra. “Estoy sanada y amada por Jesús. Él es la razón por la cual puedo experimentar pruebas y salir mucho más fuerte y más sabia. Mi historia muestra que cualquiera puede ser salvado del valle de la sombra de la muerte a través de Su Grandeza”.
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